miércoles, 5 de diciembre de 2018

Niños "problema"

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Este post ha sido extraído de la columna del diario el espectador escrita por  Bernardo Congote y titulada: Un niño que no "joda"

En la antesala del consultorio de una sicóloga me encuentro con una joven madre. Descubro que trato con la misma terapeuta que atiende a su hijo de 9 años. ¿Qué ocurre con su hijo? Le pregunto. Lo remitieron del colegio a terapia. “No se lo soportan”. ¿Y tiene alguna genialidad? Le repregunto. Sí. La pintura. El papel, los pinceles, los colores mueven su vida.
Ahora entiendo al niño, le respondí a la mamá. Un niño con una vocación germinando no puede soportar la trágica escuela criolla. Y, peor, si esa escuela es de las que cobran un bono de 40 millones y enseña inglés. ¡Ahí es Troya! El niño es quien no se soporta al colegio. Pero el colegio lo envía a terapia porque no se soporta al niño. ¿Quién tiene la razón?
¡El colegio! A nuestras enanas escuelas les queda grande educar niños libres. Niños apasionados. Niños sin cadenas. Niños con dios interior. Ellas cobran millones de pesos a padres que los pagan (¡Ojo! ) a condición de que sean niños “que no jodan”. De que sean robóticos. Estáticos. Sumisos. Y de que, por tanto, aprendan a rezar, canten el himno nacional y respondan bien las pruebas PISA.
La madre me escucha y asiente con la cabeza. Y le pregunto:¿Por qué Usted no se para en la asamblea de padres y protesta? Hace silencio. Me atrevo a decirle que intuyo su respuesta: a ciertos padres, que pagan ciertos bonos en ciertas escuelas, les gusta que aconducten a sus hijos. Que los normalicen. Estos padres tampoco aman un hijo apasionado.
No soportan a un hijo inquieto. A un hijo que “joda”. Sus ocupaciones no se los permiten. ¿Un padre tiene alguna otra mejor ocupación que educar? Sí. Competir en sus micro grupos sociales. Sacar pecho diciéndole a su colega, whisky en mano, que paga 40 millones por un bono escolar. Y que le enseñan inglés. A este individuo le importa un comino que en su hijo se halle la semilla de un Gauguin o un Van Gogh. Es peor. No sabe quiénes son.
Este padre o madre de familia, por supuesto no protesta en una escuela que ha elegido para que le ayude a compensar sus frustraciones. Y pasa por alto que esa escuela exija niños “normales” porque éstos son los que obtienen puntajes mediante los cuales el Ministerio les permite subir la matrícula. Así es. El Estado incentiva la violación intelectual de los niños jodones.
¡Eureka! Lo hemos hallado. Padres que aceptan frustrar a sus hijos para mostrar que estudian sí sé dónde a sí sé qué precios para aprender sí qué naderías. Escuelas que violan intelectualmente a sus menores de edad para subir, cada año, el precio de sus matrículas y bonos. ¡Ah! Y ministras de educación que sueñan también, y muy cristianamente, con hijos que “no jodan”.
Estos son los personajes de la tragicomedia. Padres, docentes y burócratas que víctimas de su invento cargan, llorando, el féretro de sus alumnos suicidas. Cavan la fosa de sus niños para, luego, hacerse fotografiar hipócritamente compungidos por su dolorosa pérdida camino al cementerio.
¡Qué asco! ¡Qué patético nihilismo! ¡Qué plena expresión de la doble moral cristiana!
Congótica. En ciertas familias y escuelas, se cuecen las habas de la tragedia suicida. Cocidas, por supuesto, en el horno de religiones que trastocan la muerte en salvación.
Congótica 2. Un padre o maestro de un estudiante suicida, tiene el perdón de su dios. ¡Aumenta el número de habitantes del cielo! ¡Niños violados intelectualmente!
Congótica 3. La educación no “se volvió” negocio. La volvieron negocio padres, educadores y burócratas víctimas de una escala de valores trastocada.

domingo, 15 de julio de 2018

Sobre el aburrimiento

“Papi, estoy aburrido.” Es la frase que suelen usar mis hijos para manifestar que no están haciendo algo entretenido y por ende que lo están pasando mal. Incluso, usualmente está frase va acompañada de un gesto de desaliento y derrumbe físico. Literalmente se tumban al suelo. Alguna vez leí que ser adulto significa tener la capacidad para estar aburrido y poder mantenerse en pie. Sin embargo, esa actitud de mis hijos parece cada vez más latente en todos hoy en día, niños y adultos. Parece que no podemos pasar ni un minuto del día sin estar “haciendo” algo. Como que falla algo en nosotros si no estamos ocupados.



Ilustración de Maurice Sendak de Open House for Butterflies por Ruth Krauss.

Pascal dijo que todos los problemas de la humanidad surgen de la incapacidad del hombre para sentarse en silencio en una habitación por sí solo. Aunque tal vez un poco exagerado, lo cierto es, que nuestros hijos (y nosotros) deben aprender a tener la capacidad para aceptarse y conocerse. Deben poder llegar a aceptar el aburrimiento como un proceso que los conduce a algo. Como escribió Adam Phillips

El aburrimiento es en realidad un proceso precario en el que el niño está, por así decirlo, esperando algo y buscando algo, en el que la esperanza se negocia en secreto; y en este sentido, el aburrimiento es similar a la atención flotante. En la confusión sofocada, a veces irritable de aburrimiento, el niño está alcanzando una sensación recurrente de vacío de la cual puede cristalizar su deseo real … La capacidad de aburrirse puede ser un logro de desarrollo para el niño.

(texto original en inglés, traducción propia)

Lo increíble es que en el párrafo anterior podemos reemplazar niño por adulto e igual sale; especialmente en estos tiempos de redes sociales y conectividad permanente.[1]

Le tememos al aburrimiento, pero sobre todo a la soledad. No obstante, cuando comenzamos a estar cómodos con la soledad, comenzamos a encontrar lo que nos hace felices, lo que queremos y también lo que nos hace infelices. Se cristalizan nuestro anhelos verdaderos. No lo que otros quieren que hagamos, sino lo que nosotros auténticamente queremos -y lo que no también-.

Constantemente estamos buscando entretenimiento y todo lo que nos saca de ese estado de aburrimiento mantiene a nuestras mentes “ocupadas” y eso no es saludable. Esto no significa que tenemos que obligar a nuestros hijos a aburrirse de muerte, sino más bien a mostrarles que nosotros mismos estamos en la capacidad de estar tranquilos, sin dispositivos, y dispuestos a pensar por un rato qué es lo que queremos hacer. El éxito en la vida, probablemente esté del lado de quienes se detienen un rato en el día, sin distracciones, a contemplar el silencio y descubrir un nuevo mundo ante sus ojos. Démosle ese espacio a nuestro hijos, sólo así podrán ellos mismos tomar sus decisiones sobre qué quieren en la vida más adelante.


  1. Sin embargo, parece haber indicios de que las compañías beneficiadas les interesa que tengamos relaciones más saludables con nuestros dispositivos.  ↩

miércoles, 14 de marzo de 2018

Orígenes


Una línea del tiempo del planeta Tierra. Foto: Andree Valley/University of Wisonsin-Madison.

Hoy me preguntó Alo, ¿de dónde venimos? Lo hizo con un aire de seriedad, a lo cual no podía responder con cualquier cosa. Lo miré fijamente y mientras tanto su inquietud crecía como espuma. Suspiré y le dije, “verás, hace mucho, muchísimo tiempo - hasta dónde sabemos unos 15 mil millones de años - hubo una gran explosión y ahí empezó todo.” Comenzando así, pensé que le pondría misterio al asunto, pero me miró de vuelta, con las cejas levantadas y el ceño fruncido, me dijo “Papi eso ya lo sé.”[1]

Yo proseguí. Bueno, resulta que muchísimo tiempo después de esa explosión, comenzaron a unirse trozos en distintos lugares, y algunos se unieron tan fuerte que iniciaron su propio fuego y formaron estrellas. Habían estrellas grandes y pequeñas. Me dijo, “ah, el Sol es una grande y las otras son pequeñas.” Naturalmente, le respondí, “No, el Sol en realidad es una estrella mediana, pero hay más grandes. Lo que pasa es que las otras están muy lejos y por eso se ven pequeñas.”

También hubo trozos de materia que no formaron estrellas, sino planetas. Uno de esos planetas fue el nuestro, el planeta Tierra. Seguía escuchándome como si faltara poco para resolver el misterio. Después de muchísimos años que se formara la tierra, en los océanos comenzaron a surgir de manera espontánea pequeños bichitos. En realidad eran formas de vida pequeñitas que no podemos ver con los ojos y que casi no hacían nada, pero podían hacer algo muy especial. Podían hacer muchas copias de ellos mismos. Es, como si tuvieras hijos igualitos a ti mismo.

En algún momento, nadie sabe bien cómo, dos de esos bichitos se unieron[2]. De hecho uno se fue a vivir al interior de otro. Resulta que el más pequeño podía producir energía que necesitaba el más grande y así terminó quedándose para siempre en su interior. En esta unión quedaron formando un solo ser vivo, a estos seres les llamamos células (eukaryotes). Y también tenían la capacidad para tener hijos igualitos a ellos.

Pero después de muchos años, de vez en cuando tenían hijos que ya no se parecían tanto a los padres. Y a veces, tenían habilidades diferentes. Como estar conformados por más de una célula. De esta manera comenzaron a aparecer seres más grandes. Animalitos pequeños, como pececitos que andaban por los mares del mundo.

Pasaron muchísimos años y estos seres hicieron lo mismo que sus padres y tuvieron muchos hijos, y los hijos tuvieron hijos, y así muchísimas veces. En algún momento algunos decidieron salir del agua y explorar la tierra. Al principio les costó mucho, pero cada vez más se iban adaptando en la medida en que tenían hijos y estos mostraban alguna habilidad diferente a sus padres.

De los distintos hijos, y después de muchísimo tiempo, hubo algunos que se convirtieron en lo que hoy llamamos mamíferos, otros se convirtieron en dinosaurios, etc. Ahí me detuvo y me dijo, “bueno, pero los dinosaurios ya se murieron.” Yo entusiasmado le respondí, “en realidad no, los dinosaurios grandes se murieron hace mucho tiempo, pero también habían dinosaurios pequeños con plumas que siguen viviendo hoy en día, y les llamamos aves.” Me miró y me dijo, el pterodactilo no tenía plumas. Yo le respondí sin pensarlo, probablemente no tenía, pero habían otros que sí tenían.

Parecía convencido, así que continué. Bueno, de esos pequeños mamíferos, surgieron todos los mamíferos que conocemos, los leones, las ballenas, los monos y los simios. Le hice la claridad sobre los monos y los simios, nosotros somos simios como los gorilas y los chimpancés - somos monos sin cola, en cierta manera. Pero no fue inmediato, pasaron muchos, muchos años, los mamíferos anteriores a los simios tuvieron muchos hijos durante muchos años hasta que algunos nacieron con habilidades diferentes y así esos tuvieron hijos y nos fuimos diferenciando los unos de los otros. Hasta que aparecimos los humanos.

Y eso es lo mejor que sabemos sobre de dónde venimos.[3]

Ahora sí, a bañarte.


  1. Recordé que el año pasado lo había estudiado en el colegio.  ↩

  2. El caso de la mitocondria es probablemente el caso más exitoso de supervivencia en la historia de los seres vivos.  ↩

  3. Hay un video interesante sobre nuestra historia en un minuto.  ↩

lunes, 5 de febrero de 2018

Elena

Hace seis meses llegó a nuestra vida una pequeña luz que poco a poco fue iluminando nuestro hogar. Su sonrisa involuntaria de plenitud, me cautivó y me hizo recordar que ser padre es la relación más profunda y frágil que se puede tener en la vida. Hacerse responsable de esta vida que cabe en mis brazos es abrumador y me ha tocado de una manera tan trascendental, así sea ésta la tercera vez que soy padre.

Nuestra pequeña Elena es ya una participante de la conversación del hogar y se hace sentir con su dulzura y su ferviente manera de antojarse de lo que nos ve haciendo - especialmente la comida. Su inteligencia es notoria para distinguir entre rostros conocidos, para saber qué es comida y qué es bueno para rascarse las encías. Su manera de cerrar los ojos, reír y mirar hacia un costado, parece tan natural e involuntaria que siempre caigo y me dejo llevar. De tal manera, que un beso es lo mínimo que cosecha tras el gesto.

Ser la hermana menor de dos hermanos seguro la llevará a sentirse sobreprotegida, pero tengo la impresión que en estos tiempos, puede ser ella quien termine arreglándole las vidas a sus hermanos. Las mujeres tienen una manera tan especial de enfrentarse a la vida, que a veces creo que es un súper poder que desarrollaron mediante la evolución para permitirles dominar, cuando físicamente parecería que no pudiesen.

Aún siendo una bebé ya nos conoce y sabe cuál es su lugar. Sabe con quien quiere estar y también sabe dónde se está mejor. La comunicación con ella, aunque rudimentaria, es probablemente lo más antiguo y representativo de la especie humana en lo que respecta a nuestros instintos y quienes somos.

jueves, 6 de julio de 2017

Leyendo a oscuras

Un amigo se me acercó un día y me dijo, “lo mejor que puedes hacer por tus hijos es leerle todas las noches”. También me aconsejó que les siguiera leyendo hasta cuando ellos pudieran hacerlo por sí mismos. Que los siguiera acompañando en la lectura, que escogieran sus propios libros, pero que siguiera estando ahí.

La lectura es probablemente la actividad humana que mejor nos representa y por eso, tal vez, la más adecuada para infundir en nuestros hijos lo que significa ser humano.

Las lecturas no tienen por qué ser extensas. El objetivo es que disfruten de la historia, y por supuesto, también que se duerman. Hay que saber escoger las lecturas con antelación. Las recopilaciones de cuentos son buenas, como las fábulas de Esopo, cuentos de los hermanos Grimm, entre otros.

Las lecturas antes de dormir han estado bien, pero notaba que no siempre conseguía dormirlos al acabar el cuento. Me di cuenta que la luz encendida era un impedimento para que entraran en modo sueño. Así que se me ocurrió la idea de leerles con mi Kindle Paperwhite. Tiene luz propia, pero no es tan intenso como una tablet. Tiene lo justo de iluminación para leerlo con las luces apagadas, pero no tanto como para interrumpir los patrones de sueño.

En general nos ha ido bien y a los niños les encanta. Al final del día se trata de exponerlos a lo mejor que conocemos. No hay garantías, pero es nuestra mejor apuesta. A través de la lectura he visto que se les ha despertado el interés por conocer de otros países, de otras culturas. Les ha aumentado su vocabulario, articulan mejor sus ideas. En fin, son mejores seres humanos y ahí está nuestra labor como padres.

lunes, 15 de mayo de 2017

Descubriendo nuevas realidades

Si alguna vez me preguntan cómo sería la manera ideal de criar a un hijo, creo que lo primero que se me viene a la mente es: criarlo como si fuera un científico.

No lo digo a la ligera, lo digo completamente convencido que la curiosidad de un niño hay que saberla cultivar. Es espontáneo y natural que pregunten, que sientan curiosidad, que se queden tranquilos con respuestas sin sentido.

Hay que decirles las cosas como son, pero por encima de todo hay que dejarles que descubran su verdad. Esa tiene más valor, que cualquier verdad revelada[1]. Porque cuando se sabe relativamente poco, la abstracción hacia la deducción y generalización es algo que no ocurre naturalmente.

Hoy les hemos regalado a los niños un microscopio. No cualquier microscopio. Uno USB que no tiene ocular, sino que necesita del computador para poder ver las imágenes. Tiene la gran ventaja que las imágenes se ven maravillosas en la pantalla, se pueden capturar e incluso guardar vídeos.

Esta interacción con el mundo micro, no tiene precedentes en su corta vida. Nunca es lo mismo ver una fotografía de una hormiga, que tú mismo verla tras varios aumentos. Ver los detalles es impresionante.

Fotografiar tus uñas a 250X viendo lo intrincadas que son es abrumador. De verdad que es ver un mundo nuevo a través de nuevos ojos.

Ya lo he dicho antes, no se trata de hacerlos literalmente unos científicos, sino que la ciencia y su método para encontrar la verdad es lo mejor que hemos construido los seres humanos. Construir verdades, para poder ver nuevas realidades debería ser la meta de todos, independientemente de a qué nos dediquemos.

Hemos creado una galería con las fotografías que vamos tomando. Échale un vistazo.

Micro-mundo


  1. Me adhiero a Kant y a Dawkins, cuando digo que me siento impotente y frustrado cuando llegan del colegio con alguna explicación pobre del mundo, como que cuando hace viento es porque Dios sopla.  ↩

lunes, 8 de mayo de 2017

Sobre los retos y la perseverancia

De niños creemos que hay ciertas cosas imposibles de realizar. Por ejemplo, recuerdo preguntándome, si apenas puedo andar en bicicleta, cómo podré algún día saltar obstáculos, hacer piruetas, etc. Es evidente que si lo intento un par de veces y no consigo nada, puedo tener la impresión que hasta ahí ha llegado mi esfuerzo.

Una de las mejores enseñanzas que le podemos dejar a nuestros niños es la perseverancia. La constancia necesaria para conseguir algo. No obstante, la perseverancia sola no es suficeinte para conseguir las metas, pero sí para acercarse, mucho.

Tengo la impresión, que como padres en ocasiones podemos tener un impacto importante en la impresión de nuestros hijos sobre cómo enfrentar un reto y salir adelante. De cómo se consigue algo fruto del esfuerzo y la dedicación. De hacer algo que requiera planeación y ejecución en un tiempo más largo que una tarde. Y de eso se trata esta entrada.

En enero le regalaron a Nico un rompecabezas (jigsaw puzzle) de 1000 piezas de Star Wars. Para completar la faena de las mil piezas, tiene el fondo del espacio exterior, por lo tanto, hay como cientos de piezas negras. Eso sí es un verdadero reto. Pero bueno, es Star Wars así que como decir no.

En enero comenzamos a armarlo con los niños. Nos tomó unos tres o cuatro días de trabajo armar como una octava parte del rompecabezas. No fue fácil, pero le pusimos mucho empeño. Al poco tiempo, se acabaron las vacaiones y volví al trabajo. Cada vez más fui postergando terminar el rompecabezas. En más de una ocasión sentado, intentando hacerlo, me frustré y lo dejé a un lado. Parecía imposible.

Cuando ya estaba por tirar la toalla y estaba guardando las piezas, Alo con lágrimas en los ojos me pidió que no lo recogiera. Que por favor lo termináramos. Me hizo pensar. Y le dije, ahora que sean vacaciones de Semana Santa lo terminaremos. Si antes este momento de frustración, me dejaba ganar por la pereza y el desazón, no tendría cara para reclamarle más adelante si asumía esa misma postura.

Hoy puedo decir, que tras una semana de mucho trabajo, lo finalizamos. Pero lo más importante es que logramos involucrar a más personas. A la mamá, a la abuela, al tío y otros más. No fue fácil (sólo basta mirar el montón de regiones homogéneas), pero les dejamos otra lección de vida. Que hay cosas que parecen imposibles, pero que con determinación y trabajo en equipo se pueden lograr.

Así que termino la entrada con esto. No se trata de decirle al niño que uno se ha propuesto algo impresionante y luego va y lo intenta conseguir. Se trata más bien, de acabar lo que uno comienza con ellos, tantas veces como nos sea posible. La sensación de finalizar algo es gratificante. Se trata de poder retomar una actividad de ayer o del fin de semana pasado. Eso demuestra coherencia y perseverancia. Se trata sobretodo, de demostar que somos responsables y consecuentes, jugando o en la vida.

lunes, 13 de marzo de 2017

El nombre de la rosa

Hace unas semanas tuvimos una reunión en el colegio de los niños. La intención era instruirnos a los padres sobre la metodología que siguen en el proceso lecto-escritor.

Una de las peculiaridades del método, radica en que no le enseñan a los niños el nombre de las letras sino directamente el fonema. Por ejemplo, a la «s» (ese) le llaman /s/, y así a todas las letras.[1]

Tras la introducción por la coordinadora de lengua castellana, una madre preguntó. Pero, ¿por qué hacerlo así? Mi hija ya sabe los nombres de las letras. Ahora se va a frustrar.

Primero que todo, no creo que a nadie le venga mal aprender más de una cosa y especialmente los niños con lo plásticos que son. Por otro lado, la respuesta que dio la maestra era convincente en un sentido muy práctico. Porque así aprenden a leer, formando sílabas con otras letras que también conocen sus sonidos y luego pegan sílabas para formar palabras. De una manera natural y sin que sea necesario conocer el nombre de las letras. Eso lo aprenden más adelante.

A mí me gustaría añadir, que saber el nombre de algo no equivale a conocer algo sobre eso. De nada sirve saber el nombre de la letra, sino se sabe para qué sirve.

No podía dejar esta oportunidad para traer de vuelta a la vida a dos grandes de la humanidad. Por un lado, tenemos una de esas perlas que nos dejó Shakespeare en Romeo y Julieta.

What’s in a name? That which we call a rose by any other name would smell as sweet.

Que podría traducirse así como

¿Qué hay en un nombre? Eso que llamamos rosa tendría la misma fragancia con cualquier otro nombre.

Así habla Julieta para conjurar el único obstáculo que se impone a su unión: el de un mero nombre, Montesco.

Pero también quiero evocar a Richard Feynman y su relato sobre el nombre de las cosas

You can know the name of a bird in all the languages of the world, but when you’re finished, you’ll know absolutely nothing whatever about the bird… So let’s look at the bird and see what it’s doing – that’s what counts. I learned very early the difference between knowing the name of something and knowing something.

Saber el nombre de una cosa no equivale a saber algo sobre eso. Y me siento a gusto con que mis hijos asimilen eso desde tan temprana edad. Muchas veces en la vida, nos encontramos con personas que saben el nombre de muchas cosas, sin saber realmente lo que significan.


  1. Por supuesto, hay excepciones, pero esas son para más adelante.  ↩

jueves, 26 de enero de 2017

Jugando como antes

Después de un receso por fin de año y vacaciones, volvemos con una vivencia reciente de Alo y Nico. El fin de semana pasado encontraron una canica (aquí les llamamos bolitas de uñita) en un jardín y se preguntaron qué era. Les expliqué y además compramos unas cuantas para jugar.

Hoy estuvimos jugando en el jardín del edificio, en la tierra como siempre se ha jugado. Les expliqué las reglas básicas, el hoyito en la tierra, la linea para lanzar las bolitas, el caminito y alguna cosa más. Todavía están muy pequeños y no tienen mucha destreza con las bolitas, pero el rato que pasamos fue lo más relevante.

Normalmente estas cosas las hacemos los padres desde cierto egoísmo por recordar nuestra infancia y de paso transmitirle algo a nuestros hijos. Pero lo cierto es que ellos disfrutan mucho cuando nosotros disfrutamos con ellos. Al final del día se trata de experiencias compartidas. Que cuando ellos sean mayores y se digan el uno al otro, “te acuerdas cuando hicimos tal cosa”, el otro le responda, “sí, me acuerdo y mi papá estuvo ahí.”

miércoles, 26 de octubre de 2016

Experiencias únicas

A veces se trata sólo de dedicarles tiempo y no cualquier tiempo, sino el que se aprovecha de verdad. El que ellos recordarán por siempre. Esos momentos que les quedarán en la memoria y que los definirán sobre qué tipo de personas son y quienes eran sus padres.

No siempre se trata de darles cosas, sino más bien de hacerles cosas y ahí está el dilema de nuestras vidas ajetreadas. En las que nos es más fácil pasar por un almacen y comprar un juguete, que sentarnos a hacerlo con ellos.

A veces caemos en la tentación y cedemos. Pero de vez en cuando, nos detenemos y pensamos. Debe haber una mejor manera. Algo que podamos hacer con y por ellos, que lo disfruten y sobre todo, que sea verdaderamente único. Porque ahí está la experiencia misma de la vida, que se sienta auténtico y no de alguien más.

domingo, 4 de septiembre de 2016

(Sobre)nombres

A veces veo a mis hijos y no puedo sino ver en ellos destellos de mí, de mi mujer, y de nuestras familias. En mi hijo menor, Nicolás, veo destellos de mi hermano o de mi abuelo Avelino, quien a sus casi noventa años sigue poniendo sobrenombres a quien ve pasar. Esa fascinación por inventar palabras y ponerle nombres nuevos a las cosas y las personas. Como si el nombre común no fuera suficiente. Con su personalidad tan fuerte y extrovertida, tiene que dejar su huella por donde pasa.
A mí, me ha llamado de varias maneras, Pa, Papi, Papish, y últimamente me llama Paya. Por su puesto, a mi mujer le llama Maya.
Pero no para ahí. Hay un juego que inventó y le puso el nombre de achúa. Consiste en lanzar una pelota por las paredes del baño, mientras nos duchamos, y la debemos intentar atrapar con una paletas nerf — una especia de pelota vasca en la ducha. Hay otro juego que es mas o menos una pelea de almohadas y cosquillas, que se llama ayuyú cacacaish. Sólo me río de recordarlo.
A su hermano, Alejandro, lo llama de distintas maneras y dependiendo de su estado de ánimo. Le dice Alo de cariño como hacemos todos en casa, pero también le inventó Aloichi, Aloish, entre otros.
Tampoco se salva mi madre a quien últimamente la rebautizó de abueliza.
Para terminar, se trata de una expresión auténtica de originalidad y de su forma de ser. No le bastan nuestros nombres comunes, él puede pensar en uno nuevo, en uno mejor. De eso se trata la vida, de ver más allá cuando todos están mirando al suelo.
Nube de palabras creada con wordclouds.com

miércoles, 10 de agosto de 2016

Sobre la experimentación

Ya he escrito antes sobre cómo considero importante la cocina en la educación de nuestros hijos, pero esta vez quiero tratar el tema de la experimentación. Experimentar significa ante todo curiosidad por descubrir y no temer lo desconocido. Es atreverse a preguntar por qué algo es de cierta manera y no de otra, o ¿qué pasaría si hago esto? ¿cuál será la respuesta?
Hoy me ayudaron mis peques a cocinar, y aunque yo sabía que probablemente no comerían lo que preparábamos, tenía presente la esperanza que por lo menos lo intentaran probar.
Hicimos unos canelones rellenos con carne y salsa bechamel. Me encanta sacar los ingredientes de la nevera y que ellos los organicen en el mesón. Mientras se los paso les indico los nombres y los van relacionando con el tipo de comida que se va a preparar. Incluso, les indicó por ejemplo cómo se debe cortar una cebolla, cómo abrir una lata, etc. Toma más tiempo cocinar así, pero lo disfruto el doble.
Nuestro hijo menor, Nico, quien normalemente da más problemas para comer lo dejé que participará mucho más hoy. Peló dientes de ajo, picó cebolla conmigo, abrimos una lata de tomates, echó especies a la salsa (entre estas le hacía mucha gracia el “Romero” porque ese también es su apellido). De las hierbas aromáticas me pidió que quería probarlas, le di en la mano y se las llevó a la boca. Me dijo que le gustaron. Luego probó la pimienta, a lo que me dijo que esa no tanto.
Cuando hicimos la bechamel, los dejé batir y también incorporar la harina a la sartén. Estaban felices. Después los hice probar y sin negarse lo hicieron, aunque me dijeron que no les gustaba. Yo les respondí, eso está bien, pero me llena de satisfacción que no hayan temido probar, por cuanto negarse a esa posibilidad es síntoma de falta de curiosidad.

Ilustración por xkcd

lunes, 1 de agosto de 2016

Cumpleaños al estilo Montessori

Hace pocas semanas Alo cumplió 5 años de vida. El cumpleaños es el día más esperado del año para él, se despierta más temprano que de costumbre y espera que su abuela le prepare una torta siempre adornada con el muñequito que más le atrae, esta vez fue Paw Patrol.   Este año, mi niño estaba ansioso por celebrar su cumpleaños al estilo Montessori con sus compañeros de clase y sentirse protagonista entre sus amiguitos.

El cumpleaños según la metodología Montessori representa una celebración de la vida, requiere una preparación especial pero sencilla. El objetivo de esta celebración es hacer que el niño reconozca el paso del tiempo asociado a su línea de vida con ayuda de fotografías que resumen los momentos más significativos de su existencia. Simboliza las vueltas que da la tierra al rededor del sol por cada año cumplido. Tiene una finalidad didáctica, ya que implícitamente el niño aprende poco a poco los conceptos de tiempo, año, mes, las estaciones, y los movimientos de  translación y rotación de la tierra. De esta manera el niño analiza cuanto a crecido y cambiado desde el día que nació.

Para esta celebración es necesario contar con los siguientes implementos:
  • Un globo terráqueo.
  • Una vela que simboliza el sol
  • 12 láminas que representan los rayos del sol. Una lámina por cada mes del año.
  • El número que representa su edad (En este caso se utilizaron 5 velas).
  • Fotos sobre eventos significativos de la vida del niño.
Las láminas marcadas con los meses del año se colocan al rededor del sol (vela). El niño se ubica en el mes correspondiente a su cumpleaños con el globo terráqueo en sus manos, se le dice dice que la tierra es el planeta en el que vivimos y que está en constante movimiento girando al rededor del sol. Se le explica brevemente lo sucedido antes de su nacimiento hasta el día en que nació. También se le explica que por cada año cumplido la tierra da una vuelta al sol. Mientras el niño va caminando al rededor del sol con el globo terráqueo en sus manos, se van mostrando las fotos más representativas por cada año de vida, es importante explicar brevemente la historia de las fotos. Una vez se ha completado el número de vueltas asociadas a su edad, el niño apaga la vela y se da por finalizada la ceremonia.

Sin duda, es una celebración muy bonita, el niño se siente especial, querido y valorado por todos a su alrededor.

martes, 28 de junio de 2016

¡Vamos al teatro!

Llevar a los niños a ver obras de teatro o cualquier otra arte escénica es una de las actividades culturales que solemos hacer. Sus caritas de emoción y expectativa por ver la obra y conocer sus personajes te estimulan a seguir cultivando el amor por el arte.  El teatro es un entretenimiento sano que les permite desarrollar su imaginación y creatividad, aprenden mientras se divierten, los pone a reflexionar; el escenario, las luces  y los personajes los transporta al mundo mágico de los cuentos que les leemos antes de dormir, olvidan la tecnología y pasan una tarde llena de aventuras y emociones.  




Una de las obras que más les ha gustado a mis niños es la de Peppa Pig, les enseñó el valor de la amistad, el respeto, la cooperación, los hizo reír, cantar y bailar. Cada vez que pasamos por el teatro se emocionan y  dicen  que ahí vive Peppa.   






El teatro, los títeres, y en general las artes escénicas,  los ha estimulado a improvisar, les gusta disfrazarse y actuar como el personaje, modulan la voz,  inventan historias, construyen escenarios y hasta nos invitan a participar en sus espectáculos. Siempre que podamos los seguiremos llevando a ver obras de teatro, títeres y espectáculos acorde a sus edades.




lunes, 27 de junio de 2016

Los álbumes de figuritas y el aprendizaje de las matemáticas


Los álbumes de figuritas son una buena herramienta para el aprendizaje de las matemáticas,  los niños pueden hacer relaciones visuales de los números y aprenden a compararlos. En nuestro caso, Alo y Nico se divierten mucho pegando las figuritas, aprenden de los personajes, ambientes, animales o cosas del álbum que estén llenando en ese momento. Cuando estamos abriendo los sobres, aprovechamos y hacemos un repaso de los números con las que están etiquetadas las figuritas, de esta forma repasan los números que conocen y se enfrentaran a los que no. Lo más importante, es que van relacionando visualmente el número de la figurita con su homólogo en el álbum.



Para despertar el interés de mis niños hacia el aprendizaje de las matemáticas  utilizamos este tipo de actividades lúdicas, buscamos que los niños sientan la necesidad de pensar para resolver un problema, que aprendan a relacionar y a comparar  números y que se sientan motivados a participar en la actividad.










Para nosotros, es de vital importancia que en los primeros años de la enseñanza, los niños comprendan de los conceptos básicos aunque sea de forma intuitiva. Poco a poco asimilarán los conceptos más abstractos potencializando así,
el aprendizaje significativo.







"Cualquier tema puede ser enseñado efectivamente y de una forma intelectualmente honesta a
cualquier niño, en cualquier etapa del desarrollo. solo hay que encontrar la forma de hacerlo". 
Jerome Bruner

miércoles, 22 de junio de 2016

Construyendo letras con MEGA BLOKS



Una de las actividades que más concentra a mis niños es la construcción de cosas con las fichas de su juego de MEGA BLOKS. Esta vez, aprovechando que fabricamos el abecedario con papel de lija, Alo quiso construir replicas de las letras con esas fichas.  Primero identificó las letras que conoce, con el dedo fue recorriendo la letra en el sentido en el que se escribe y por último, de acuerdo la forma, fue construyendo el abecedario con las fichas.


Identificando las leras con el dedo


La capacidad de abstracción de esta actividad fue increíble, el solo hecho de relacionar una letra en 
un espacio 2D y representarla en 3D  hace que su capacidad de aprendizaje evolucione, ejercite la motricidad fina, y de paso aprenda a reconocer las letras y sus fonemas tanto en ingles como en español. Al finalizar la actividad, Alo se sintió muy orgulloso por lo que había construido el sólito. 


Construcción de letras con Mega Bloks


viernes, 8 de abril de 2016

¡Arr! En busca del tesoro

El fin de semana pasado estaba viendo a los niños jugar cuando me di cuenta que jugaban a ser piratas y qué tenían un mapa del tesoro. Tanto Alo como Nico cambiaban la voz, la ponían más gruesa y se referían el uno al otro como “Arr, mi capitán”. No es dificil adivinar de dónde sacan eso, pero no dejaba de asombrarme la manera en que se metían en el personaje.

Cuando vi a Alo dibujando un mapa pirata con una gran X, me dije a mi mismo, esta es la oportunidad de enseñarles un poco sobre los mapas y como utilizarlos para ubicarnos. Les dije que dibujaríamos un mapa del apartamento. Rápidamente les hice un plano, aunque ellos no reconocían claramente qué estaba haciendo les fuí indicando con referencias la ubicación de cada habitación. Por ejemplo, para la cocina le dibujamos una taza. Para la habitación de los niños, los dibujé a ellos. La habitación de huéspedes, le dibujamos una hamaca, el baño un inodoro, etc.

Estaban fascinados leyendo el mapa. Pero faltaba lo más importante. Esconder el tesoro y marcar con una gran X su ubicación. Entonces fuí y escondí el tesoro, luego marqué la hoja con su ubicación para que ellos lo encontraran. Así fuimos cambiando de roles entre esconder el tesoro o ir a buscarlo y la pasaron genial. Con la X y las referencias rápidamente se ubicaban e iban en busca del tesoro. También tuvieron la oportunidad de esconderlo y luego ubicar la habitación en el mapa.

Pienso que este juego les ayuda con su sentido de orientación espacial y a relacionar abstracciones (como un mapa) con la realidad. Es una actividad que recomiendo para hacer con los peques y que pueden aprovechar gracias a la no poca influencia de Disney en sus vidas (entiéndase Jake y los piratas del nunca jamás, Piratas del caribe, Peter Pan, etc.).

martes, 15 de diciembre de 2015

Aprender jugando con el alfabeto móvil

En la entrada titulada Reconociendo las letras: Construyendo nuestro alfabeto móvil (DIY), comentamos una forma alternativa de aprender las letras del abecedario sin recurrir al lápiz y papel a través de la construcción del alfabeto.  En está entrada les mostraré una forma divertida en la que hemos estado utilizando dicho alfabeto. En esta actividad los niños se han divertido  un montón y de paso también han aprendido.

El procedimiento de la actividad fue el siguiente:
  • En primer lugar, recolectamos diferentes juguetes y/o objetos, los introducimos en una canastilla (una para cada niño) y la ubicamos en un lugar diferente del alfabeto móvil o  caja de letras.
  • Sobre una bandeja colocamos una letra que el niño identifique plenamente, sea vocal o consonante.
  • Inmediatamente después, le indicamos que busque uno o varios objetos dentro de su canastilla, que empiece, contenga o termine por la letra que hemos escogido.
  • Los niños corren hacia donde esta ubicada su canastilla y empiezan a buscar el objeto según la letra indicada y lo introducen en la canastilla.
  • Luego llevan la canastilla al lugar donde está ubicada la caja de letras.
  • Procedemos a revisar los objetos que ha recolectado y se les pregunta el nombre de cada objeto.
  • Una vez el niño haya dicho el nombre del objeto, lo he escrito en un papel resaltando la letra que se ha escogido. De esta forma reconoce la letra y la ubicación de la letra dentro de la palabra.
Esta actividad la hemos repetido varias veces y cada vez los niños se divierten mucho más.





lunes, 7 de diciembre de 2015

Sobre la cocina y la vida

Hoy me dijo un amigo que escribiera sobre un pernil que estamos haciendo para compartir mañana. Se me ocurrió algo mejor.

Siempre he pensado que la cocina y la mesa son los dos pilares de toda familia. Son la fundación desde donde criar a nuestros hijos. Alguna vez le comenté a mi esposa que quería escribir un libro sobre la cocina y la crianza; De la cocina a la universidad: criando para la vida. O algo así, me imagino que sería el título.

La cocina representa un momento y un lugar en el que preparamos nuestra comida, pero es de esas cosas en la vida que no trata sólo del producto final, sino de cómo llegamos a él.1 Hay muchas lecciones por aprender cuando se mete uno en la cocina. Por encima de todo hay que tener paciencia. Hay que ser meticuloso y respetar los tiempos y los procedimientos. Hay que ser creativo y recursivo para sacar el mejor provecho de lo que se tiene.

No hay que temer equivocarse, eso hace parte del proceso. Cuando nos equivocamos aprendemos más (hay quienes dicen que el doble). Entendemos hasta dónde podemos llegar y corregimos. La próxima vez estamos más atentos y vamos afinando.

Si no nos metemos en la cocina, ante los ojos de nuestros niños las cosas parecen magia, cuando en realidad es cuestión de trabajo y esfuerzo. Una torta no se hace con magia, se necesitan ciertos ingredientes, mezclarlos en la forma correcta para conseguir un fin. Hay que entender y saber hacer dos cosas fundamentales para cualquier oficio o profesión en la vida: la teoría y la práctica.

Hoy me siento afortunado que puedo dedicarles el tiempo a mis hijos para que cocinen conmigo y demostrarles que la verdadera magia en la vida es el esfuerzo y la dedicación. Por supuesto, la motivación sobra, a quien no le gusta el chocolate.


  1. Así como les digo a mis estudiantes en la universidad, poco importa un buen trabajo no hecho por ellos, que uno que medio funciona pero que ha sido producto solo de sus esfuerzos.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Imitando

Los que no quieren imitar nada, no producen nada

– Salvador Dalí

Copiar o imitar lo solemos ver con desdén. Valoramos lo original y lo auténtico, sin darnos cuenta que todos comenzamos imitando. Así construimos nuestras ideas, nuestra identidad, y nuestra manera de ver el mundo.

Nuestros hijos no son la excepción y en cuanto a las cosas o personas que imitan, no hay manera de pararles su imaginación. Igual se imaginan siendo un objeto que una persona. Incluso, poco importa el género o la edad. Nuestro deber para con ellos es permitirles y no restringirles todos estos roles que quieren experimentar.

Sólo poniéndonos en la piel de otros, podemos conseguir empatía con los demás y en el proceso convertirnos en auténticos seres humanos coscientes de nuestra existencia y la de los otros. Seguros de quienes somos.

En los últimos meses a Alo le encante hacerse pasar por el Doctor con su destornillador sónico. Le fascina el misterio y todo lo relacionado con monstruos y extraterrestres.

Nico en cambio se obsesiona con musicales para niños. Le encanta Mothergoose club y se cree Teddy Bear (aunque él le llama Shine, por la canción There’s a light in me). Creo que no hace falta decir que es una chica afroamericana. Impedirle que él quiera interpretar ese personaje sólo contribuye a crearle inseguridad en su identidad, pero más importante a que no pueda ponerse en el lugar de otro, independiente de su género, edad, etnia, etc.

¿Qué piensas?