martes, 15 de diciembre de 2015

Aprender jugando con el alfabeto móvil

En la entrada titulada Reconociendo las letras: Construyendo nuestro alfabeto móvil (DIY), comentamos una forma alternativa de aprender las letras del abecedario sin recurrir al lápiz y papel a través de la construcción del alfabeto.  En está entrada les mostraré una forma divertida en la que hemos estado utilizando dicho alfabeto. En esta actividad los niños se han divertido  un montón y de paso también han aprendido.

El procedimiento de la actividad fue el siguiente:
  • En primer lugar, recolectamos diferentes juguetes y/o objetos, los introducimos en una canastilla (una para cada niño) y la ubicamos en un lugar diferente del alfabeto móvil o  caja de letras.
  • Sobre una bandeja colocamos una letra que el niño identifique plenamente, sea vocal o consonante.
  • Inmediatamente después, le indicamos que busque uno o varios objetos dentro de su canastilla, que empiece, contenga o termine por la letra que hemos escogido.
  • Los niños corren hacia donde esta ubicada su canastilla y empiezan a buscar el objeto según la letra indicada y lo introducen en la canastilla.
  • Luego llevan la canastilla al lugar donde está ubicada la caja de letras.
  • Procedemos a revisar los objetos que ha recolectado y se les pregunta el nombre de cada objeto.
  • Una vez el niño haya dicho el nombre del objeto, lo he escrito en un papel resaltando la letra que se ha escogido. De esta forma reconoce la letra y la ubicación de la letra dentro de la palabra.
Esta actividad la hemos repetido varias veces y cada vez los niños se divierten mucho más.





lunes, 7 de diciembre de 2015

Sobre la cocina y la vida

Hoy me dijo un amigo que escribiera sobre un pernil que estamos haciendo para compartir mañana. Se me ocurrió algo mejor.

Siempre he pensado que la cocina y la mesa son los dos pilares de toda familia. Son la fundación desde donde criar a nuestros hijos. Alguna vez le comenté a mi esposa que quería escribir un libro sobre la cocina y la crianza; De la cocina a la universidad: criando para la vida. O algo así, me imagino que sería el título.

La cocina representa un momento y un lugar en el que preparamos nuestra comida, pero es de esas cosas en la vida que no trata sólo del producto final, sino de cómo llegamos a él.1 Hay muchas lecciones por aprender cuando se mete uno en la cocina. Por encima de todo hay que tener paciencia. Hay que ser meticuloso y respetar los tiempos y los procedimientos. Hay que ser creativo y recursivo para sacar el mejor provecho de lo que se tiene.

No hay que temer equivocarse, eso hace parte del proceso. Cuando nos equivocamos aprendemos más (hay quienes dicen que el doble). Entendemos hasta dónde podemos llegar y corregimos. La próxima vez estamos más atentos y vamos afinando.

Si no nos metemos en la cocina, ante los ojos de nuestros niños las cosas parecen magia, cuando en realidad es cuestión de trabajo y esfuerzo. Una torta no se hace con magia, se necesitan ciertos ingredientes, mezclarlos en la forma correcta para conseguir un fin. Hay que entender y saber hacer dos cosas fundamentales para cualquier oficio o profesión en la vida: la teoría y la práctica.

Hoy me siento afortunado que puedo dedicarles el tiempo a mis hijos para que cocinen conmigo y demostrarles que la verdadera magia en la vida es el esfuerzo y la dedicación. Por supuesto, la motivación sobra, a quien no le gusta el chocolate.


  1. Así como les digo a mis estudiantes en la universidad, poco importa un buen trabajo no hecho por ellos, que uno que medio funciona pero que ha sido producto solo de sus esfuerzos.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Imitando

Los que no quieren imitar nada, no producen nada

– Salvador Dalí

Copiar o imitar lo solemos ver con desdén. Valoramos lo original y lo auténtico, sin darnos cuenta que todos comenzamos imitando. Así construimos nuestras ideas, nuestra identidad, y nuestra manera de ver el mundo.

Nuestros hijos no son la excepción y en cuanto a las cosas o personas que imitan, no hay manera de pararles su imaginación. Igual se imaginan siendo un objeto que una persona. Incluso, poco importa el género o la edad. Nuestro deber para con ellos es permitirles y no restringirles todos estos roles que quieren experimentar.

Sólo poniéndonos en la piel de otros, podemos conseguir empatía con los demás y en el proceso convertirnos en auténticos seres humanos coscientes de nuestra existencia y la de los otros. Seguros de quienes somos.

En los últimos meses a Alo le encante hacerse pasar por el Doctor con su destornillador sónico. Le fascina el misterio y todo lo relacionado con monstruos y extraterrestres.

Nico en cambio se obsesiona con musicales para niños. Le encanta Mothergoose club y se cree Teddy Bear (aunque él le llama Shine, por la canción There’s a light in me). Creo que no hace falta decir que es una chica afroamericana. Impedirle que él quiera interpretar ese personaje sólo contribuye a crearle inseguridad en su identidad, pero más importante a que no pueda ponerse en el lugar de otro, independiente de su género, edad, etnia, etc.

¿Qué piensas?