miércoles, 2 de diciembre de 2015

Imitando

Los que no quieren imitar nada, no producen nada

– Salvador Dalí

Copiar o imitar lo solemos ver con desdén. Valoramos lo original y lo auténtico, sin darnos cuenta que todos comenzamos imitando. Así construimos nuestras ideas, nuestra identidad, y nuestra manera de ver el mundo.

Nuestros hijos no son la excepción y en cuanto a las cosas o personas que imitan, no hay manera de pararles su imaginación. Igual se imaginan siendo un objeto que una persona. Incluso, poco importa el género o la edad. Nuestro deber para con ellos es permitirles y no restringirles todos estos roles que quieren experimentar.

Sólo poniéndonos en la piel de otros, podemos conseguir empatía con los demás y en el proceso convertirnos en auténticos seres humanos coscientes de nuestra existencia y la de los otros. Seguros de quienes somos.

En los últimos meses a Alo le encante hacerse pasar por el Doctor con su destornillador sónico. Le fascina el misterio y todo lo relacionado con monstruos y extraterrestres.

Nico en cambio se obsesiona con musicales para niños. Le encanta Mothergoose club y se cree Teddy Bear (aunque él le llama Shine, por la canción There’s a light in me). Creo que no hace falta decir que es una chica afroamericana. Impedirle que él quiera interpretar ese personaje sólo contribuye a crearle inseguridad en su identidad, pero más importante a que no pueda ponerse en el lugar de otro, independiente de su género, edad, etnia, etc.

¿Qué piensas?

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