miércoles, 10 de agosto de 2016

Sobre la experimentación

Ya he escrito antes sobre cómo considero importante la cocina en la educación de nuestros hijos, pero esta vez quiero tratar el tema de la experimentación. Experimentar significa ante todo curiosidad por descubrir y no temer lo desconocido. Es atreverse a preguntar por qué algo es de cierta manera y no de otra, o ¿qué pasaría si hago esto? ¿cuál será la respuesta?
Hoy me ayudaron mis peques a cocinar, y aunque yo sabía que probablemente no comerían lo que preparábamos, tenía presente la esperanza que por lo menos lo intentaran probar.
Hicimos unos canelones rellenos con carne y salsa bechamel. Me encanta sacar los ingredientes de la nevera y que ellos los organicen en el mesón. Mientras se los paso les indico los nombres y los van relacionando con el tipo de comida que se va a preparar. Incluso, les indicó por ejemplo cómo se debe cortar una cebolla, cómo abrir una lata, etc. Toma más tiempo cocinar así, pero lo disfruto el doble.
Nuestro hijo menor, Nico, quien normalemente da más problemas para comer lo dejé que participará mucho más hoy. Peló dientes de ajo, picó cebolla conmigo, abrimos una lata de tomates, echó especies a la salsa (entre estas le hacía mucha gracia el “Romero” porque ese también es su apellido). De las hierbas aromáticas me pidió que quería probarlas, le di en la mano y se las llevó a la boca. Me dijo que le gustaron. Luego probó la pimienta, a lo que me dijo que esa no tanto.
Cuando hicimos la bechamel, los dejé batir y también incorporar la harina a la sartén. Estaban felices. Después los hice probar y sin negarse lo hicieron, aunque me dijeron que no les gustaba. Yo les respondí, eso está bien, pero me llena de satisfacción que no hayan temido probar, por cuanto negarse a esa posibilidad es síntoma de falta de curiosidad.

Ilustración por xkcd

lunes, 1 de agosto de 2016

Cumpleaños al estilo Montessori

Hace pocas semanas Alo cumplió 5 años de vida. El cumpleaños es el día más esperado del año para él, se despierta más temprano que de costumbre y espera que su abuela le prepare una torta siempre adornada con el muñequito que más le atrae, esta vez fue Paw Patrol.   Este año, mi niño estaba ansioso por celebrar su cumpleaños al estilo Montessori con sus compañeros de clase y sentirse protagonista entre sus amiguitos.

El cumpleaños según la metodología Montessori representa una celebración de la vida, requiere una preparación especial pero sencilla. El objetivo de esta celebración es hacer que el niño reconozca el paso del tiempo asociado a su línea de vida con ayuda de fotografías que resumen los momentos más significativos de su existencia. Simboliza las vueltas que da la tierra al rededor del sol por cada año cumplido. Tiene una finalidad didáctica, ya que implícitamente el niño aprende poco a poco los conceptos de tiempo, año, mes, las estaciones, y los movimientos de  translación y rotación de la tierra. De esta manera el niño analiza cuanto a crecido y cambiado desde el día que nació.

Para esta celebración es necesario contar con los siguientes implementos:
  • Un globo terráqueo.
  • Una vela que simboliza el sol
  • 12 láminas que representan los rayos del sol. Una lámina por cada mes del año.
  • El número que representa su edad (En este caso se utilizaron 5 velas).
  • Fotos sobre eventos significativos de la vida del niño.
Las láminas marcadas con los meses del año se colocan al rededor del sol (vela). El niño se ubica en el mes correspondiente a su cumpleaños con el globo terráqueo en sus manos, se le dice dice que la tierra es el planeta en el que vivimos y que está en constante movimiento girando al rededor del sol. Se le explica brevemente lo sucedido antes de su nacimiento hasta el día en que nació. También se le explica que por cada año cumplido la tierra da una vuelta al sol. Mientras el niño va caminando al rededor del sol con el globo terráqueo en sus manos, se van mostrando las fotos más representativas por cada año de vida, es importante explicar brevemente la historia de las fotos. Una vez se ha completado el número de vueltas asociadas a su edad, el niño apaga la vela y se da por finalizada la ceremonia.

Sin duda, es una celebración muy bonita, el niño se siente especial, querido y valorado por todos a su alrededor.