lunes, 8 de mayo de 2017

Sobre los retos y la perseverancia

De niños creemos que hay ciertas cosas imposibles de realizar. Por ejemplo, recuerdo preguntándome, si apenas puedo andar en bicicleta, cómo podré algún día saltar obstáculos, hacer piruetas, etc. Es evidente que si lo intento un par de veces y no consigo nada, puedo tener la impresión que hasta ahí ha llegado mi esfuerzo.

Una de las mejores enseñanzas que le podemos dejar a nuestros niños es la perseverancia. La constancia necesaria para conseguir algo. No obstante, la perseverancia sola no es suficeinte para conseguir las metas, pero sí para acercarse, mucho.

Tengo la impresión, que como padres en ocasiones podemos tener un impacto importante en la impresión de nuestros hijos sobre cómo enfrentar un reto y salir adelante. De cómo se consigue algo fruto del esfuerzo y la dedicación. De hacer algo que requiera planeación y ejecución en un tiempo más largo que una tarde. Y de eso se trata esta entrada.

En enero le regalaron a Nico un rompecabezas (jigsaw puzzle) de 1000 piezas de Star Wars. Para completar la faena de las mil piezas, tiene el fondo del espacio exterior, por lo tanto, hay como cientos de piezas negras. Eso sí es un verdadero reto. Pero bueno, es Star Wars así que como decir no.

En enero comenzamos a armarlo con los niños. Nos tomó unos tres o cuatro días de trabajo armar como una octava parte del rompecabezas. No fue fácil, pero le pusimos mucho empeño. Al poco tiempo, se acabaron las vacaiones y volví al trabajo. Cada vez más fui postergando terminar el rompecabezas. En más de una ocasión sentado, intentando hacerlo, me frustré y lo dejé a un lado. Parecía imposible.

Cuando ya estaba por tirar la toalla y estaba guardando las piezas, Alo con lágrimas en los ojos me pidió que no lo recogiera. Que por favor lo termináramos. Me hizo pensar. Y le dije, ahora que sean vacaciones de Semana Santa lo terminaremos. Si antes este momento de frustración, me dejaba ganar por la pereza y el desazón, no tendría cara para reclamarle más adelante si asumía esa misma postura.

Hoy puedo decir, que tras una semana de mucho trabajo, lo finalizamos. Pero lo más importante es que logramos involucrar a más personas. A la mamá, a la abuela, al tío y otros más. No fue fácil (sólo basta mirar el montón de regiones homogéneas), pero les dejamos otra lección de vida. Que hay cosas que parecen imposibles, pero que con determinación y trabajo en equipo se pueden lograr.

Así que termino la entrada con esto. No se trata de decirle al niño que uno se ha propuesto algo impresionante y luego va y lo intenta conseguir. Se trata más bien, de acabar lo que uno comienza con ellos, tantas veces como nos sea posible. La sensación de finalizar algo es gratificante. Se trata de poder retomar una actividad de ayer o del fin de semana pasado. Eso demuestra coherencia y perseverancia. Se trata sobretodo, de demostar que somos responsables y consecuentes, jugando o en la vida.

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